Érase una vez un joven estudiante de Ciencias Económicas que vivía en Bangladesh cuando aún no se llamaba Bangladesh. El joven Muhammad Yunus, pues ése era su nombre, se fue a estudiar a Estados Unidos y mientras estuvo fuera hubo una guerra en su país. Aquello terminó en independencia, pero a un alto precio: "Se había derramado mucha sangre y el país estaba en ruinas. Se tuvo que empezar desde cero, pero había un entusiasmo enorme. Pensamos que podíamos construir una sociedad hermosa".
Con los 300 dólares en la mano, el visionario Muhammad Yunus se preparó para el salto al vacío. "Di adiós a tu dinero", le dijo el director del banco, pero se recuperó hasta el último céntimo. El director del banco lo atribuyó a la suerte, pero Yunus probó que se equivocaba, ampliando el préstamo a otra aldea más, y luego a cinco, diez, veinte, cincuenta... "El dinero volvía siempre, pero el director del banco no repensó su posición, no podía aceptar que hubiese un fallo en su idea inicial. Porque la gente puede estar equivocada, pero el sistema bancario no".
"Decidí que debía renunciar a todo lo que había aprendido en las aulas para intentar simplemente ser un ser humano y buscar un modo de ser útil a otros seres humanos"
El banquero Muhammad Yunus, que no tenía ni idea de cómo funciona un banco, se puso manos a la obra siguiendo un criterio muy simple. "Cuando había un problema buscábamos una solución, la poníamos a prueba y si no funcionaba, buscábamos otra cosa. Eso fue sencillo. Ante una dificultad, mirábamos qué hacían los bancos tradicionales... y lo hacíamos al revés".
FUNCIONAMIENTO
El funcionamiento del Grameen Bank es, cuanto menos, atípico: para pedir un crédito la única condición es ser pobre. No se precisa aval ni experiencia laboral, la base del Grameen Bank es la confianza. Se presta preferentemente a mujeres. Los créditos tienen un interés similar al de un banco normal y se piden en grupos de cinco personas. No hay abogados ni juicios por impago, se considera que el 3% de morosos -un porcentaje ridículo comparado con el de un banco tradicional- no devuelve el dinero porque no quiera, sino porque no puede. Las oficinas del Grameen Bank se usan poco, los empleados viajan por las aldeas explicando que son los microcréditos y haciendo el seguimiento a los que ya están en curso. Precisamente el trabajo de calle hizo posible uno de los grandes logros del Grameen: el 95% de los prestatarios son mujeres. "Convencerlas de aceptar un préstamo fue difícil, las mujeres se iban corriendo cuando nos veían. Decían: yo no he tocado dinero en mi vida, no sabré qué hacer con él. Pero cuando dicen eso es su miedo el que habla, porque se asume que eso pertenece al dominio masculino. Tardamos seis años en conseguir una igualdad de hombres y mujeres, y entonces observamos que el dinero que iba a la familia a través de las mujeres aportaba muchos más beneficios que el mismo dinero a través del hombre. Las mujeres son muy prudentes, sus experiencias vitales las han formado para ser unas excelentes directoras de recursos".
BANCO DE LAS OPORTUNIDADES MEDELLIN COLOMBIA
El Banco de los Pobres es una iniciativa de la administración municipal de Medellín que proporciona alternativas de financiación (como créditos blándos con plazos flexibles) a las personas más vulnerables de la sociedad para poner en marcha de iniciativas empresariales y facilitar al generación de ingresos. Inspirado en las experiencias y las instituciones de microcréditos de todo el mundo, como el Banco Grameen, que ha tenido un impacto reconocido en la población del tercer mundo, el banco inició sus actividades en julio de 2002 y hasta la fecha ha concedido más de 5.300 microcréditos por un valor total de 11.400 millones de pesos (4.222.222 dólares EEUU).
El banco se dirige allí donde otras alternativas tradicionales de crédito están cerradas; sólo financia aquellas actividades productivas que estimulan la autosuficiencia económica para romper el ciclo de la pobreza. De los clientes del banco, el 85% nunca han tenido un préstamo formal de ningún tipo, habiendo sido víctimas de la explotación a través de pequeños préstamos con intereses de usura. En una ciudad en la que el desempleo ha alcanzado tasas alarmantes (16,2% en 2003) y en la que existe una gran inequidad (un coeficiente Gini de 0,5252 en el año 2000), hay una parte importante de la población que se enfrente a una situación de abandono en el día a día y cuyas perspectivas son bastante sombrías. El banco se ha convertido en una alternativa para aquellos que no pueden acceder al crédito que ofrecen las diversas instituciones financieras existentes en el mercado y cuyos fines no son la asistencia social. Hasta la fecha, la población beneficiada se ha calculado en 25.655 personas. La mujeres cabeza de familia y los jóvenes son los principales objetivos del programa. Por otra parte, el programa intenta animar y fortalecer a las empresas que comparten sinergias como parte de la reconstrucción del sistema social.
La formación impartida antes del desembolso del préstamo es fundamental. Cada emprendedor recibe una formación tanto en administración técnica básica como en recualificación para el empleo. En cualquier caso, el componente pedagógico no se limita a la instrucción formal. Aprender a gestionar créditos, tasas de interés, plazos, amortizaciones, etcétera, favorece el fortalecimiento de las actividades productivas.
La mayoría de las actividades productivas puestas en marcha son estables; las nuevas microempresas reciben asistencia después de la concesión del crédito y se promociona, concediendo posteriores créditos para su ampliación, a aquellas iniciativas con mejores resultados y mayor potencial para crear empleo.
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